Claves de Abundancia 3: Tu Entorno Tiene Un Problema.
En el Reino donde Nada Prospera ni Nada Se Reproduce, Sólo Se Mezclan Cosas de Una Misma Especie.
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Mi nombre es Valentín.
Escribo Fuego Alquímico porque soy co-creador de varias empresas y me gusta trabajar en ellas a través de un enfoque espiritual, y me interesa hacerlo particularmente a través del Arte de la Alquimia.
En estos años, he logrado algunas cosas que para muchos emprendedores son imposibles: llegar con mi producto a cientos de miles de personas, facturar más de medio millón de dólares “online”, colaborar con mis grandes referentes y tra-viajar por más de 11 países.
Fuego Alquímico es un lugar especial donde deseo compartir mis experiencias y aprendizajes emprendedores, anécdotas personales y estrategias con más profundidad.
Además de Fuego Alquímico, dirijo la Escuela de Negocios con Propósito -que nace a través de mi primer gran empresa Reinvención Inteligente-, la Agencia Índigo y el Retiro para emprendedores “Destino Álmico”, junto a mi fiel compañera Agostina.
¿Quién lee Fuego Alquímico?
Fuego Alquímico está especialmente dirigido a Emprendedores y Emprendedoras que deseen encontrar nuevas ideas y soluciones nuevas -a través de la Sabiduría Alquímica- a los problemas de siempre:
+ Falta de Claridad, Orden y Confianza.
+ Falta de un paso-a-paso claro para emprender.
+ Imposibilidad a la hora de lograr metas y sueños realmente grandes.
+ Falta de clientes y ganancias financieras o problemas que les impiden escalar.
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En el Capítulo Anterior…
En el Capítulo 2 de esta serie de “Claves de Abundancia” abrí una pregunta que hoy quiero aprovechar para llevar este tema a un lugar un poco más profundo.
Si no leíste el Capítulo 2, donde hablo de los Precios de tu Negocio, y por qué deberías subirlos x2 o x3, léelo aquí. 👇
Allí, yo abrí la siguiente pregunta:
¿A Quién Le Serías Infiel Si Subís El Precio De Tus Productos?
¿Qué va a pensar tu hermana si de repente cobras 5 veces más que ella?
¿Qué van a pensar tus colegas, que luchan para llegar a fin de mes, si de pronto a vos te va “bien” financieramente?
¿Qué van a pensar tus amigos, que se la pasan quejándose de lo mal que está el país y de lo mal que está la economía, si de repente te convertís en el “diferente”, en el primero que vive en prosperidad?
Eso, hoy quiero que te lleve a pensar lo siguiente:
¿Y no será que “es por algo” que tenés esos amigos y no otros? ¿No será que hay algún motivo detrás de que, si te es difícil crear más prosperidad con tu negocio, al revisar a tu familia y tus amigos más cercanos veas que ninguno resolvió ese tema?
Probablemente veas que muy pocos son emprendedores.
O que si son emprendedores, luchan con los mismos obstáculos que vos -o muy parecidos-.
Quizás alguno sí crea riqueza, pero dedicándose a algo que no le gusta.
Lo que quiero que pienses, es que si hacés una fina investigación, te darías cuenta de que en ese área donde estás menos pulido -interna y externamente-, es muy probable que tu entorno también.
Si estás batallando con creencias de escasez y te es difícil dar el salto a multiplicar x2 o más las ganancias con tu negocio, probablemente te encuentres que tu entorno también tiene esas mismas creencias de escasez.
Lo que quiero decir es:
Tu entorno no te está ayudando a crecer.
Y lo que es necesario decir es: esto no significa “separate de tu familia, de tus amigos que tienen creencias limitantes, de los que no piensan en grande” o cuestiones así.
Esto que te cuento, es normal.
El entorno -llámese entorno a las energías con las que más tiempo pasás: vos, los contenidos que leés, escuchás y mirás, tus amigos, tu familia, tus compañeros de ….- no tiene por qué ayudarte a crecer.
Como todo organismo vivo, “tu entorno” busca mantener un cierto equilibro, y que las cosas sigan tal y como están, sin cambiar mucho.
Suelo decir que tu Gran Obra Emprendedora -aquella Meta grandiosa que querés lograr con tu negocio- es un fruto que tu árbol genealógico no puede dar.
Y que no lo pueda dar es una buena noticia: significa que vos tenés que crearlo.
Todos venimos al mundo en el marco de un Árbol Genealógico.
Y ese Árbol tiene frutos, tiene heridas, tiene ramas cortadas, ramas caídas, ramas fuertes, ramas que sostienen a otras ramas.
Si venís de una familia muy intelectual y racional, ese es un fruto que tu árbol da y tenés que aprovecharlo, porque si no lo tomás como un tesoro, se convierte en trampa.
Usarlo de tesoro -en el marco de tu Emprendimiento- sería aprovechar ese don y usarlo para hacer un buen análisis de tu negocio, detectar y resolver los problemas a tiempo, desarrollar un muy buen producto e incluso leer muy bien el interés que tiene el mercado sobre ese producto… y entonces con eso hacer crecer tu Negocio, aprovechando eso que vos tenés como un fruto dado y que a otros les hace falta.
Que eso se convierta en tu trampa sería que por falta de conexión con el otro hemisferio, creativo, intuitivo, sensible, eches a perder proyectos, oportunidades, conexiones, relaciones hermosas.
Por eso, un músculo híper-desarrollado no sirve sin su otro polo.
Si todos tienen el mismo problema. ¿Es un problema?
En este momento, te está siendo difícil lograr tus Metas Emprendedoras porque tenés creencias que no te ayudan, tan instaladas en tu sistema que te son muy difíciles de ver.
¿Y por qué te son tan difíciles de ver?
Porque en tu entorno tienen todos *esa misma creencia*.
Sé que alguno puede llegar a querer discutirme este punto, pero si aceptás esta premisa, los resultados que vas a alcanzar son mucho mejores.
Me explico:
Si en mi entorno, todos descuidamos nuestro cuerpo físico, no hacemos ejercicio, comemos mal, y producto de eso tenemos sobrepeso, obesidad y colesterol alto, es altamente difícil resolver ese problema.
Por varios motivos:
El problema se normalizó. Ya ni parece un problema. “Es que los López somos así, nos gusta comer”.
Un problema normalizado es un problema imposible de resolver, porque ya ni se lo piensa como un problema, sino como una cualidad identitaria.
“Y bue, así es la vida, la economía está difícil, el dinero se gana con esfuerzo, la gente no tiene plata para pagar mi producto, qué se le va a hacer”.
Ese es el peor estadío del problema, porque directamente con eso te quitas responsabilidad sobre tu poder creativo para resolver esa situación.
Cuando uno de los López quiera cambiar, todos los Lopez probablemente se resistan, le hagan burlas, lo ridiculicen o incluso lo convenzan de que lo que está haciendo es una perdida de tiempo.
Además, ese Lopez que quiere cambiar, no tiene un referente distinto, no tiene un modelo a seguir, y hasta su propia mente trata de convencerlo de que es imposible, de que no se puede, de que “algunos nacieron en familias con buenos hábitos y yo no, entonces para mí es imposible”.
Ese López puede llegar a creer que la solución es irse de ahí, mandar a su familia al carajo, encerrarse a comer arroz con brócoli y a entrenar, sin volver a una reunión familiar porque “ahí está el peligro de volver a los malos hábitos de siempre”.
Ese es todo otro problema. A la larga, si comer sano y entrenar depende de que tu entorno también lo haga, entonces es cuestión de tiempo hasta que te hagas amigo de alguien sin esos hábitos o encuentres un trabajo donde todos tus compañeros tienen ese mismo problema, y vos vuelvas para atrás.
Entonces, repaso de los 3 puntos más importantes hasta ahora:
#1: Tenés un problema y son tus creencias limitantes, que te llevan a tomar decisiones, emociones y acciones no armónicas con tus metas emprendedoras.
#2: Tu entorno también tiene ese mismo problema.
#3: La solución NO es mandar el entorno al carajo ni “dejar amablemente de verlos y de hablar con ellos, cambiar de amigos o de familia”.
¿Cuál SÍ es la solución entonces?
Pues la que hoy nos trae Arquelao.
El Reino Donde Nada Nuevo Crece Ni Se Reproduce.
En el texto Psicología y Alquimia de Carl Jung, Jung retoma un relato de Arquelao, un Alquimista Bizantino, quien se dice fue maestro de Sócrates.